La idea de una niña de 6 años que se convirtió en un negocio familiar que factura $15 mil al mes
Una niña de 6 años en Brooklyn inspiró un negocio familiar de comida india que hoy factura más de $15,000 al mes

La idea que tuvo su pequeña hija de negocio los llevó a construir algo sumamente redituable. Crédito: Shutterstock
En mayo de 2021, una niña de 6 años llamada Mahati, residente del vecindario de Fort Greene, en Brooklyn, tuvo una idea simple pero poderosa: montar un pequeño puesto callejero para vender limonada.
Lo que parecía una actividad infantil para el verano se transformó, en cuestión de meses, en un negocio familiar de comida india con ingresos mensuales de más de $15,000 dólares.
La iniciativa de Mahati fue respaldada desde el inicio por sus padres, Swetha y Venkat Raju, inmigrantes de la India radicados en Nueva York. Con recetas tradicionales del sur de su país de origen y un enfoque en ingredientes auténticos, este pequeño proyecto familiar capturó el corazón (y el paladar) de la comunidad local.
Una chispa de creatividad que encendió un emprendimiento
Como muchas niñas de su edad, Mahati deseaba tener su propio puesto de limonada. Pero lo que diferenciaba su iniciativa fue el entorno creativo y cultural en el que creció. Swetha y Venkat, ambos profesionales (ella ingeniera de software y él abogado especializado en bienes raíces) vieron en la idea una oportunidad para enseñar a su hija sobre trabajo, comunidad y tradición.
Al principio, el menú se limitaba a bebidas refrescantes y algunos bocadillos. Sin embargo, el toque especial vino cuando decidieron incorporar recetas familiares al menú. Fue entonces cuando las dosa masala, un platillo típico del sur de la India, entraron en escena.
La acogida del público fue inmediata. Las filas en Fort Greene Park comenzaron a crecer cada sábado por la mañana, y el puesto de limonada se transformó en un vibrante rincón gastronómico del vecindario.
De pasatiempo a microempresa con alma
El crecimiento fue rápido. Para septiembre de 2021, la demanda ya superaba la capacidad del pequeño puesto. Los Raju invirtieron en una cocina comercial, ampliaron el menú y comenzaron a organizar eventos mensuales para atraer a un público más amplio.
“Empezamos con una mesa plegable y una hielera. Ahora tenemos un sistema completo de producción, y clientes que vienen cada semana por nuestras dosas”, explicó Swetha en una entrevista con CNBC.
Actualmente, el negocio genera ingresos mensuales superiores a los $15,600, con un margen de ganancia aproximado del 12%. Cada semana, la inversión en ingredientes y suministros ronda los $700, y el alquiler de la cocina comercial y otros gastos operativos suman cerca de $3,800 mensuales.
Los pagos, en su mayoría, se realizan a través de Venmo, aunque también aceptan efectivo. La tecnología, una aliada natural para Swetha, ha sido clave para organizar pedidos, promociones y comunicación con sus clientes.
Autenticidad como ventaja competitiva
Uno de los pilares del éxito de este negocio familiar ha sido su enfoque en la autenticidad. Mientras que muchos restaurantes indios en Estados Unidos ofrecen menús genéricos, los Raju se centran en recetas regionales, con ingredientes importados directamente desde la India.
Las especias que utilizan provienen de pequeños agricultores familiares, y cada platillo se prepara siguiendo métodos tradicionales. Esa atención al detalle ha generado un boca a boca positivo entre los vecinos, amantes de la comida y curiosos gastronómicos del área.
“La comida india no es una sola cosa. Cada región tiene sus propios sabores, técnicas e historia. Queremos compartir esa riqueza con cada plato”, comentó Venkat.
A pesar del éxito del negocio, Swetha y Venkat mantienen sus empleos de tiempo completo. Combinan sus carreras con el negocio gastronómico familiar, dedicando más de 20 horas semanales a la preparación, organización y atención al cliente.
Cada viernes por la tarde, comienzan los preparativos: limpieza, cocción de ingredientes, planificación de horarios y distribución de tareas. Los sábados por la mañana, el puesto abre en Fort Greene Park, y decenas de vecinos se acercan para disfrutar de las dosas frescas, acompañadas de chutneys caseros y otras especialidades.
“El cansancio existe, pero también la satisfacción de ver a tantas personas disfrutando lo que cocinamos en familia”, expresó Swetha.
Una visión a futuro con sabor a comunidad
A 3 años de su inicio, el proyecto ya no es simplemente un puesto de comida, sino un símbolo de identidad, esfuerzo y conexión cultural. La familia Raju tiene planes concretos para el futuro: abrir un restaurante formal donde puedan servir su menú de manera permanente.
Con ese objetivo, han iniciado una campaña de financiamiento colectivo para recaudar los fondos necesarios. Sueñan con un espacio propio que funcione como restaurante, pero también como lugar de encuentro, intercambio cultural y eventos comunitarios.
“La comida es una forma de honrar nuestras raíces y de acercarnos a los demás. Cuando cocinas y compartes una comida, muestras aprecio. Es una manera de hablar sin palabras”, dijo Swetha en diálogo con CNBC.
La historia de Mahati y su familia no solo habla del emprendimiento y la cultura, sino también de cómo una comunidad puede apoyar y elevar proyectos con propósito.
En tiempos donde los negocios pequeños enfrentan múltiples desafíos, iniciativas como esta muestran que el compromiso con la calidad, la autenticidad y el trabajo en equipo pueden marcar la diferencia.
Desde un puesto de limonada hasta un futuro restaurante, los Raju han construido mucho más que un negocio: han creado un puente entre culturas, generaciones y sabores. Y todo comenzó con la imaginación de una niña de 6 años y el respaldo amoroso de sus padres.
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